miércoles, 14 de noviembre de 2012

Siguen los cambios

Hace ya un tiempo que no escribo nada en el Blog, y no precisamente por falta de novedades ni de actividad, sino más bien todo lo contrario.

Cambio de Equipo (tengo el gran honor de formar parte de l'Agrupació Atlètica de Catalunya, junto a unos estupendos compañeros y un enorme entrenador, a quien dedicaré capítulo especial).

Cambio de Trabajo (tras más de 9 años en la misma empresa, he podido permitirme el lujazo, con los tiempos que corren, de arriesgarme a una nueva aventura).

Cambio Inminente de número de familia, con la esperadísima llegada de Helia en 2 semanas.

... y puestos a más cambios, el más sencillo ha sido adaptar la imagen de fondo al cambio de estación, y añadir un par de enlaces.

Tengo tanto que comentar y tan poco tiempo... records absolutos de kilometrajes semanales y diarios, semanas de carga infernales superadas con éxito, nuevos dolores superados con poco más que la cabeza y los consejos de un figura... pero eso es otra historia, y espero contarla pronto.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Mi equipo (parte 1)

Poco a poco van subiendo el número de kilómetros semanales, los ritmos van aumentando, las pulsaciones disminuyendo... pero hasta ahora, que se ha dado un cambio de entrenamiento y de entrenador inesperado, todo seguía un poco igual, y con la filosofía de ir dándole kilómetros a mis piernas.

Es por ello que había pensado el ir hablando, poco a poco, de las personas que componen mi equipo, y no me refiero sólamente a mis compañeros de equipo y entrenador, sino también a la gente que ha tenido que ver en que acabase convirtiéndome en marchador y ayudarme a conseguir mis modestos triunfos.

Vamos con el primer componente del equipo. Dejé de correr 15 días antes de venir al mundo y empecé a marchar cuando no tenía ni un mes. 2 años y 2 meses después, Erik, mi hijo, es una de las piezas fundamentales no sólo en mi vida personal sino también en la deportiva.

Desde bien pequeñito (¡como si ahora estuviese en la universidad!) ha mostrado una bonita devoción por el deporte. Al principio pensaba que eran imaginaciones mías cuando me parecía que aplaudía al verme pasar entrenando o en carreras, contando con unos pocos meses, hasta que pude comprobar que lo hacía también desde su cochecito cuando veía a cualquier corredor dando zancadas por el pueblo.

Conforme ha ido creciendo y ha ido desarrollando nuevas habilidades, siempre ha seguido manifestando lo que le gustan los eventos deportivos. ¿Debe verlo todo como una gran fiesta de disfraces en la que su padre participa? El caso es que le encanta. Cuando ya empezó a hablar la frase "papacorre" formó parte de su primer vocabulario. Todo eso me animaba a entrenar más y más, y a quitarme un poco de encima el sentimiento de culpa de, en ocasiones, dejar de pasar un rato con él.

Cuando empezó a dominar el arte de caminar, al intentar correr lo hacía agitando los brazos exageradamente, hasta que, al coger mayor soltura, vi que lo que hacía era bracear, a su manera, como un marchador.

La locura fue cuando ya empezó a caminar y correr con seguridad y se convirtió en avituallador oficial de mis entrenamientos. Se volvía loco al verme llegar a su altura, poder darme el bidón con isotónica, y luego ir corriendo a recogerlo del suelo una vez yo lo tiraba. No se me olvidará nunca el día en el que, al venir entusiasmado con la bebida, tropezó y se le fue el bidón rodando... y se arrastró medio a gatas para poder llegar a la botella y dármela! No quería fallar! Yo, que me estaba parando para ir a ayudarle, tuve que continuar para no hacer de su gesta algo inútil.

Desde que vio los juegos olímpicos de Londres, aun se ha vuelto más forofo, y, al hacer zapping para ver si se decide por unos u otros dibujos animados, como pasemos por Teledeporte y estén haciendo atletismo, ya se puede esperar Mickey Mouse. ¡Disfruta como nadie con la entrega de medallas, y se pone a aplaudir como loco cuando acaban los himnos! Supongo que si todas estas anecdotas fuesen grabadas en video y colgadas en youtube serían de los videos más vistos, y os aseguro que, más que divertidos, son momentos emotivos.

¡Si! Ya lo sé... no hace falta que nadie venga a decirme que todo niño pequeño ve a su padre como un superheroe, haga lo que haga... Para mi el superheroe es él, que siempre prefiere ir a ayudar a su padre en sus modestos esfuerzos, a aplaudirle cuando pasa jadeando en las competiciones... No puedo fallarle. ¡Y menos ahora, que va ganando más y más entendimiento! El otro día me decía a su manera que tenía ganas de volver a subir a recoger otra medalla... ¡ya la hemos liado!

Quien sabe lo que hará de mayor. No soy tan ingenuo para pensar que todas estas anécdotas y su empeño en imitarme le vayan a llevar a entrenar, ni a competir, ni nada por el estilo. Claro que me gustaría que practicase algún deporte, por su propia salud y disfrute, pero estos pequeños grandes momentos que me dan ya le convierten en un verdadero campeón, haga lo que haga en el futuro.

Os dejo con una pequeña secuencia expontanea de su particular forma de marchar.

domingo, 19 de agosto de 2012

La cosa empieza a rodar... y el "espíritu olímpico"

Y de rodar se trata, como ya comentaba hace unos días.

Se acaba la fase de subida del primer mesociclo que, humildemente, me he programado. ¿Mejoras? Pues de momento algunas, muy sutiles, pero reveladoras.

Gracias a mi buen amigo RS800CX voy notando algunas cosillas. No voy a perderme en datos RR, longitudes de zancada, ni nada por el estilo. Sólo mencionar algo tan básico como el pulso, que está haciendo un efecto "extraño" en los rodajes.

De siempre, aun manteniendo un ritmo constante, el ritmo cardíaco iba subiendo a medida que transcurría el entrenamiento. Supongo que efecto del calor corporal, y de que los músculos necesitan más combustible, y que le llegue más frecuentemente, debido al agotamiento. Ahora lo que sucede es que, a mitad de entreno, el ritmo cardíaco empieza a bajar, bajando un poquito la velocidad, pero ni mucho menos a la par que la disminución de los latidos.

Supongo que estoy dando con otro descubrimiento de la sopa de ajos, pero como nunca hice algo tan básico como la fase de base, me siento como Cristibal Colón avistando tierra.


Aquí un primer plano de mi fiel aliado, a quien ya dedicaré una merecida reseña.

En otro orden de cosas, he de alegrarme del efecto pasajero que han tenido las olimpiadas con respecto a la Marcha Atlética, por lo menos en el entorno de mis conocidos. Ya son varias personas las que me han comentado "el otro día me acordé de ti cuando vi la Marcha de las olimpiadas por la tele". Yo pienso en que si me viesen marchando al lado de esas locomotoras inhumanas, creerían que he abandonado la competición tras sufrir fracturas múltiples y que me dirijo al puesto de socorro, pero me alegro sinceramente de que hayan hecho un hueco en sus mentes para asociar el deporte que practico con tanta pasión a algo más que "algo raro que hace el Alberto". También intentan alentarme diciéndome "pues hay un Español que tiene 41 años y estaba allí". Me alegra que intenten motivarme con el gran Suso García Bragado a modo de motivación, pero dudo mucho que en el año que me falta para alcanzar su edad actual alcance su nivel.

Ojalá ese Espíritu Olímpico durase más que unas pocas semanas y la gente, no digo que se lanzase en masa a inundar la Cursa dels Bombers con decenas de miles de Marchadores, pero al menos a no vernos tanto como bichos que corren raro. Quien no parece empaparse de dicho espíritu es el ESTÚPIDO ciclista que veo semana tras semana por la carretera de Cerdanyola, dando vueltas y más vueltas al mismo tramo, con su equipación Assos valorada en millones de Euros, y que siempre suelta una estúpida sonrisa al verme. Guardo el, sin duda, nada olímpico anhelo de que un día, mientras se ríe de mi, se coma una de las rotondas y acabe con su maillot de la Federacion Suiza con unos cuantos agujeritos de ventilación extra.

Va por ti, "ciclista".

domingo, 12 de agosto de 2012

2 semanas de entreno

Este año es especial, por muchos motivos. Uno de ellos, y que me hizo comenzar 2 días antes mi particular temporada, los Juegos Olímpicos. ¡Si señor! Un servidor decidió que para qué empezar un lunes. El mismo día que dieron comienzo las pruebas de los juegos empezaron mis, más o menos, maltrechas zancadas. Es justo que hoy que acaba tan tremendo evento deportivo, cuente como está yendo todo.

No creo que nadie tenga interés especial en copiar mi plan de entrenamiento para dejar de contar como está siendo, y por el mismo motivo, no creo que haya nadie interesado en saber detalles para explicarlos extensamente. Básicamente diré que ahora mismo, y por primera vez desde que hago Marcha Atlética, he decidido tirarme 3 meses haciendo base y rodar, rodar y rodar.

Por primera vez en mucho tiempo, voy a olvidarme de ritmos y sólo centrarme en ir poco a poco y acumulando kilómetros en las piernas, dejando 1 par de días en los que, al acabar el entreno, hago unas rectas para recordarles a las fibras rápidas que no se duerman demasiado.

Estos entrenos largos (o lo largos que puedan ser a estas alturas de la temporada) son los que más me gustan. No son entrenos sino puro disfrute del deporte, en los que, durante un buen rato, me quedo sólo con mis pensamientos, susurrandome al oído por encima del sonido de mis, más o menos, maltrechas zancadas.

sábado, 4 de agosto de 2012

La Felicidad de la Marcha...y de el Oro Olímpico

Ya han pasado unas horas desde el final de la prueba de 20 kilómetros marcha masculinos.

No voy a hacer ninguna crítica ni crónica, ya que creo que la prueba ha tenido suficiente nivel y sorpresas para que se hable de ella en el futuro inmediato y no tan inmediato. El motivo de esta breve entrada es la felicidad desbordante que transmitía y contagiaba el joven Chan, que se pasó la última vuelta celebrando la victoria, con nada menos que un Valery Borchin a 30 metros aun faltando 2000 eternos metros para acabar! Que alguien lo celebrase así sólo puede tener 2 motivos: la insensatez (descartada por su regularidad durante la prueba), o el saber todo lo que te queda en el motor.

Yo quería que ganara Borchin, pero este jovencísimo Chino se ha convertido en mi nuevo heroe, y sobretodo tengo que agradecerle el haberme contagiado su inmensa alegría.




jueves, 2 de agosto de 2012

La Marcha Atlética aumenta significativamente el tiempo de reacción de los automovilistas

No. No veréis a Fernando Alonso ni a ninguno de sus rivales practicando Marcha Atlética con el fin de aumentar sus reflejos. Tampoco los Campeones del Mundo de Rally mueven sus caderas para arañar centésimas al crono en caminos que cambian tras cada paso de un coche. Ni tan sólo en las autoescuelas fomentan el realizar nuestro deporte para evitar sustos, golpes, partes amistosos, llamadas a erizos... y, todos ellos, ¡deberían hacerlo!

Tal y como sucedía con mis cavilaciones de la anterior entrada, desconozco la realización de estudio alguno, pero el que la Marcha Atlética aumenta en sobremanera el tiempo de reacción de los automovilistas es un hecho. Vamos a remitirnos a los diferentes sucesos que me hacen afirmar ésto con tal rotundidad.

Entendemos por tiempo de reacción la fracción temporal entre la recepción de un estímulo (visual, auditivo, olfativo...) y la reacción física final, una vez nuestro cerebro ha procesado ese estímulo y ha puesto a nuestro cuerpo en acción para adecuar en función a las circunstancias. No será la mismo ver como cae una piedra desde lo alto de un acantilado desde 1 kilómetro, donde nuestro cerebro tal vez provoque la reacción de abrir la boca, o que dicha piedra vaya a caer sobre nuestra cabeza, lo que insta a nuestra supuesta materia gris a intentar evitar el golpe, ya séa corriendo, tapándonos el craneo...

Bien, ya tenemos claro el concepto... Ahora adaptémoslo a la conducción, y no necesariamente a la deportiva. Las determinadas circunstancias del manejo cotidiano de un vehículo tienen diferentes tiempos de reacción: El llegar al coche y sacar las llaves para entrar, entre 2 y 5 segundos; el descubrimiento de un obstáculo en la carretera y el inicio del frenazo, entre 0.7 y 1.5 segundos; el visionado de un hueco para aparcar y el iniciar la maniobra (quepa o no el coche) entre 0.6 y 1 segundo (una de las reacciones más rápidas...); la visión de un paso de peatones, observar si viene alguno, y frenar, entre 2 segundos y 60 horas... y la detección de un marchador, el abrir la ventanilla, soltar una gracia, una carcajada, o cualquier otro tipo de improperio... ¡el tiempo de reacción es instantaneo!

Efectivamente. No he tenido que entrenar mucho esta temporada (2º entreno) para volver a maravillarme con las mejoras impensables de los reflejos de algunos especímenes humanos al volante al cruzarme con ellos. Y cuando digo maravillarme, lo digo de verdad. Cuando un conductor tiene esa habilidad innata, no importa lo denso del tráfico, la iluminación de la vía, el estado de sobriedad o embriaguez... En cuanto el meneo de caderas se refleje en su pupila, no sabrá ni porqué que estará asomando la cabeza por la ventanilla (en ocasiones, y también me remito a hechos verídicos, antes de que el elevalunas eléctrico haya podido ni funcionar, con el consiguiente cabezazo), abrirá la boca, y emitirá sonidos con más o menos sentido, nunca con el fin de alabar el estilo, poner en duda el doble apoyo, corregir la técnica...

No me digais que nunca os ha pasado. Estáis entrenando a las 5 de la mañana, escucháis a lo lejos un coche, pensáis "mira... ya hay quien también está despierto a esta hora", el coche gira la esquina, y, aun no habeis descubierto ni el modelo que un que no me entere yo que ese culito pasa hambre os estalla en los oídos.

¡Que agilidad mental! Ese hombre... ¡si! ¡ese! ¡Seguro que ve en el suelo un billete de 100 € y tarda más en identificarlo! y ni se lo ha pensado para soltarme un piropo! Por supuesto, el claxon es opcional, y los más avezados no dudan en utilizarlo.

Por desgracia he de deciros, que, en mi estudio, veo que sólo unos pocos elegidos conductores desarrollan esos reflejos arácnidos. ¿Serás tú uno de los afortunados?

jueves, 26 de julio de 2012

Vuelta al entreno 1 - El descanso

Como a la mayoría de deportistas, siempre he tenido muchos problemas para guardar reposo en caso de molestias y/o lesión, y ni hablemos de obligarme a descansar sin necesidad alguna! Yo, que me he arrastrado renqueante por las vacías calles a las 5:00 a.m... ¿voy a descansar sin motivo? ¿y perder mi "fabulosa" forma física? Bah!!!

Pero claro... escuchas a éste y a aquel, esos que hacen sus más lentos rodajes de calentamiento a mi ritmo de MMP en 3000 como se toman un mes entero (si no dos) de descanso total y absoluto y piensas "mmm... tal vez sea eso... ¡si! ¡Seguro que ese descanso tiene algo que ver!"

Una vez hecho de tripas corazón y de enarbolar estandartes con frases de autoconvencimiento tipo "hace falta dar un paso atrás para dar tres adelante", me decido, y doy la zancada más dolorosa de toda la temporada...

... y siempre que lo he hecho, pienso en lo maravilloso que será ver como mi cuerpo, al que siempre le duele algo, se regenerará cual cola de lagartija, y como comenzaré la nueva temporada como si fuese una suerte de Evander Holyfield con más juego de cadera, renovado, con su oreja completa, indestructible y, como Terminator, sin saber lo que es el dolor. Pero no...

La primera semana me la paso pensando en qué debo haber hecho para que me duela más la zona del popliteo que en la semana de mayor kilometraje de todo el año, en con qué me habré golpeado para que el psoas me duela así, y en que si el estrés del trabajo me está dejando más cansado que mi tirada más larga.

Desconozco si hay estudio al respecto... Supongo que si, pero mi teoría es que nuestro cuerpo se queja, nos hace sentir el dolor, y cuando seguimos empeñándonos en entrenar y entrenar, siempre y cuando no haya lesión, empieza a segregar esas cosas maravillosas llamadas dopaminas, endorfinas, y demás nombres de chuches. En cuanto nos tomamos un descanso, nuestra carcasa piensa: Y ahora...¿pa qué?, y nos cierra el grifo. Es entonces cuando empezamos a sentir todo lo que estaba enmascarado. Convincente, ¿eh? pues no tengo ni idea de que es así, pero si no... ¿qué otro consuelo me queda para pensar en que he perdido mi "maravillosa" forma física y que he ganado unos cuantos achaques?

domingo, 22 de julio de 2012

A una semana de la nueva temporada

Bien... parece que poco a poco me voy haciendo con el manejo del Blog. Ahora, que a quien de casualidad lo lea le parezca mejor o peor diseñado, será por cuestión de gustos... poco a poco iré incorporando nuevas cosas.

A lo que iba. Falta una semana escasa para que de comienzo mi nueva temporada atlética. Estos días intentaré ir escribiendo diferentes factores que van a entrar en juego en ella, que no son pocos.

El primero, la reincorporación al mundo de la actividad física! Creo que hacía mucho tiempo que, lesiones aparte, no estaba 1 mes entero parado. El año pasado, dentro de mis "vacaciones deportivas", me obligué a hacer el famoso y tan bien sonante Crosstrainning. Este año ha sido distinto. ¿Qué si no he echado a faltar el entrenar? Pues sinceramente, no. El remordimiento era mayor a la necesidad física. Me esforcé mucho la temporada que acabó, y mi cuerpo necesitaba el descanso mucho más que mi mente, por lo que ahora veo y noto.

Nos vamos leyendo durante la semana.

viernes, 20 de julio de 2012

Este texto no debería tener mucha importancia... La única, tal vez, el hecho de ser la primera zancada de la temporada. Una nueva etapa que se abre con novedades, incógnitas, llegadas al mundo, cambios de categoría...

Para qué escribir más? Espero que estas pocas lineas me ayuden a configurar la vista del nuevo blogg, así como espero que durante el año lo haga ordenando mis ideas.