sábado, 26 de enero de 2013

Zuera, el primer Gran Premio en todo

Si. El Gran Premio de Marcha de Zuera ha sido y está siendo para mi el primer acontecimiento en muchas cosas.

Fue, hace unos años, mi primera competición oficial de Marcha Atlética. También está siendo el primer encuentro deportivo en competición de cada temporada. Este año era especial. Era la primera carrera a la que Helia, mi hija que mañana cumple 2 meses, iba a acudir junto al pequeño Erik, un niño pequeño ya veterano como público. ¿Qué mejor carrera que Zuera para debutar en un 20 kilómetros?

No voy a negar que a veces se pasaba por mi cabeza "¿y si es la primera competición en la que te eliminan?". Así fue.

No pretendo ahora narrar una especie de tragedia Griega y convertir a mi eliminación en un drama existencial. Todo lo contrario.

La mañana se pronosticaba épica. Toda la semana anunciaba lluvia y fuertes vientos, por no hablar de las bajas temperaturas. Sólo con pensar en el Bierzo que nos azotó en la edición del 2012 combinado con lluvia me hacían ponerme mi mejor coraza de Guerrero dispuesto a afrontar una épica batalla en la que yo iba a ser el único participante. Dejando la retórica a un lado y, afortunadamente para mi salud, el día se levantó bastante más benévolo que las predicciones. Una mañana fría, viento en momentos moderado, pero en general un buen día.

Dispuse las botellas de avituallamiento cuidadosamente ya que la prudencia hacía deshechar la idea de que Vanesa me hiciese de aguadora personal, teniendo que cargar con los 2 pequeños teniendo el día el frío que hacía. Afortunadamente la mujer de Julián Iglesias (perdona, no recuerdo tu nombre) se ofreció amáblemente a entregarme la bebida.



 
(Fotografía de Alejandro Ruisánchez)
 
Tras un breve calentamiento, el disparo de salida no se demoró demasiado y empezó la carrera. Salí a un ritmo muy rápido para mi, pero ya lo preveía. Nadie quiere quedarse excesivamente rezagado en la primera vuelta, así que pasé el primer km en menos de 5:20. Pasó de procesión para muchos, y un auténtico sprint para mi. De todas maneras me notaba bien y pensaba aflojar entonces. Los primeros 4 kilómetros pasaron "plácidamente" a un ritmo más rápido que el paso que preveía para mi debut. En una breve conversación con Guillem Pérez, mi mente volvió a recordar la dureza de la prueba a la cual me enfrentaba y seguí moderando el paso...

... y curiosamente fue entonces cuando, al aflojar, empezó mi final. Me muestran un aviso por pérdida de contacto al que no hago demasiado caso por no estar de acuerdo en absoluto y, sobretodo, por no haber tenido jamás problemas con la pizarra. En la siguiente vuelta el mismo juez vuelve a mostrar el mismo aviso y ya me veo la primera señal en el tablón. Lo que me mató fue que en el siguiente giro 2 jueces seguidos me mostraron sus "credenciales", subiendo otra al marcador. Era el km 6.

No pensé en ninguna injusticia, ni en enfadarme, ni en nada más que "¿cómo voy a hacer los 14 kms que faltan con ese miedo a que me descalifiquen?". Bastante tenía con aguantar el ritmo. Acusé mucho la faringitis que me atacó 2 semanas antes y que me hacían afrontar la prueba con la sensación de no tener la distancia en las piernas.

Decidí entrar en un Zen particular y repetirme las palabras que tantas y tantas veces mi entrenador Felix me ha dicho y escrito. También ayudaron los gritos de aliento de la tropa del Vilafranca, de mis excompañeros del Pratenc, de mi tío Pedro que se presentó por sorpresa a la prueba, y por supuesto de Vanesa y Erik. Ahí, pasando el km 10 en lo que era mi marca personal en ruta, pensé en la posibilidad de que tal vez acabase con fortuna la edición 2013 de Zuera. No fue así. Justo antes de afrontar la recta de meta del doceavo kilómetro, un juez decidió darme el puyazo y mandarme a descansar y tomar una buena ducha.

En un primer momento sentí alivio por dejar de sufrir, pero enseguida el descanso pasó a ser tristeza, y la tristeza se convirtió en llanto cuando un niño de 2 años y medio me dijo "papa, ho has fet molt bé".

Aquí aparco el apartado triste. Ahora sólo saco lecturas positivas. He aprendido una lección y pasado por una experiencia que a tantos otros he visto sufrir en muchas carreras. Creo que un miedo remanente aparte, la descalificación me va a hacer mejorar en muchos aspectos y a hacer cuidar otros en los cuales me veía seguro.

Ya falta poco menos de un mes para el Campionat de Catalunya en Badalona y para otra fiesta en el Campenato de España, a primeros de Marzo. A trabajar y a seguir adelante.

Para acabar, dar las gracias a todos mis excompañeros del Pratenc que me alentaron antes, durante, y después de la carrera, a los del Vilafranca (en especial a los grandísimos Jose Antonio y Rubén), a Julián Iglésias y su compañera (disculpa de nuevo), a mi compañero y amigo David Cervellò por hacerme llegar hasta aquí, a mi tío Pedro, que seguro tenía cosas mejores que hacer esa mañana, a mis compañeros del Agrupa Mar y Marc, a mi Super Entrenador Felix por tantas y tantas cosas, y no hace falta mencionar a mi trío de Ases, Erik, Helia y Vanesa por permitirme dejarles sólos tantas horas a la semana, no enfadarse conmigo, y animar como el que más. Gracias a todos por endulzar la píldora administrada en esta dura lección!