miércoles, 12 de septiembre de 2012

Mi equipo (parte 1)

Poco a poco van subiendo el número de kilómetros semanales, los ritmos van aumentando, las pulsaciones disminuyendo... pero hasta ahora, que se ha dado un cambio de entrenamiento y de entrenador inesperado, todo seguía un poco igual, y con la filosofía de ir dándole kilómetros a mis piernas.

Es por ello que había pensado el ir hablando, poco a poco, de las personas que componen mi equipo, y no me refiero sólamente a mis compañeros de equipo y entrenador, sino también a la gente que ha tenido que ver en que acabase convirtiéndome en marchador y ayudarme a conseguir mis modestos triunfos.

Vamos con el primer componente del equipo. Dejé de correr 15 días antes de venir al mundo y empecé a marchar cuando no tenía ni un mes. 2 años y 2 meses después, Erik, mi hijo, es una de las piezas fundamentales no sólo en mi vida personal sino también en la deportiva.

Desde bien pequeñito (¡como si ahora estuviese en la universidad!) ha mostrado una bonita devoción por el deporte. Al principio pensaba que eran imaginaciones mías cuando me parecía que aplaudía al verme pasar entrenando o en carreras, contando con unos pocos meses, hasta que pude comprobar que lo hacía también desde su cochecito cuando veía a cualquier corredor dando zancadas por el pueblo.

Conforme ha ido creciendo y ha ido desarrollando nuevas habilidades, siempre ha seguido manifestando lo que le gustan los eventos deportivos. ¿Debe verlo todo como una gran fiesta de disfraces en la que su padre participa? El caso es que le encanta. Cuando ya empezó a hablar la frase "papacorre" formó parte de su primer vocabulario. Todo eso me animaba a entrenar más y más, y a quitarme un poco de encima el sentimiento de culpa de, en ocasiones, dejar de pasar un rato con él.

Cuando empezó a dominar el arte de caminar, al intentar correr lo hacía agitando los brazos exageradamente, hasta que, al coger mayor soltura, vi que lo que hacía era bracear, a su manera, como un marchador.

La locura fue cuando ya empezó a caminar y correr con seguridad y se convirtió en avituallador oficial de mis entrenamientos. Se volvía loco al verme llegar a su altura, poder darme el bidón con isotónica, y luego ir corriendo a recogerlo del suelo una vez yo lo tiraba. No se me olvidará nunca el día en el que, al venir entusiasmado con la bebida, tropezó y se le fue el bidón rodando... y se arrastró medio a gatas para poder llegar a la botella y dármela! No quería fallar! Yo, que me estaba parando para ir a ayudarle, tuve que continuar para no hacer de su gesta algo inútil.

Desde que vio los juegos olímpicos de Londres, aun se ha vuelto más forofo, y, al hacer zapping para ver si se decide por unos u otros dibujos animados, como pasemos por Teledeporte y estén haciendo atletismo, ya se puede esperar Mickey Mouse. ¡Disfruta como nadie con la entrega de medallas, y se pone a aplaudir como loco cuando acaban los himnos! Supongo que si todas estas anecdotas fuesen grabadas en video y colgadas en youtube serían de los videos más vistos, y os aseguro que, más que divertidos, son momentos emotivos.

¡Si! Ya lo sé... no hace falta que nadie venga a decirme que todo niño pequeño ve a su padre como un superheroe, haga lo que haga... Para mi el superheroe es él, que siempre prefiere ir a ayudar a su padre en sus modestos esfuerzos, a aplaudirle cuando pasa jadeando en las competiciones... No puedo fallarle. ¡Y menos ahora, que va ganando más y más entendimiento! El otro día me decía a su manera que tenía ganas de volver a subir a recoger otra medalla... ¡ya la hemos liado!

Quien sabe lo que hará de mayor. No soy tan ingenuo para pensar que todas estas anécdotas y su empeño en imitarme le vayan a llevar a entrenar, ni a competir, ni nada por el estilo. Claro que me gustaría que practicase algún deporte, por su propia salud y disfrute, pero estos pequeños grandes momentos que me dan ya le convierten en un verdadero campeón, haga lo que haga en el futuro.

Os dejo con una pequeña secuencia expontanea de su particular forma de marchar.

4 comentarios:

  1. El futuro de la marcha!!!
    Fan vuestro, equipazo

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  2. Es difícil leer esta entrada y no coger dolor de mandíbula de sonreir, sobre todo porque por mi situación me es muy fácil ponerme en vuestra piel.
    Crack el padre y catacrack el hijo!
    Nos vemos!

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  3. Muy bien, savia nueva que hay que cuidar y mimar. Recuerdos Albert y familia.

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  4. Los 3 sabéis que también formáis parte del equipo del que hablo al principio. Un abrazo a todos.

    Alberto

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